Mayo 28, 2025

Cómo mantener la confianza en ti mismo cuando sientes que todos avanzan menos tú

Cómo mantener la confianza en ti mismo cuando sientes que todos avanzan menos tú

Es fácil mirar a tu alrededor y pensar que todos tienen el camino más despejado que tú. Compañeros que ya lograron entrar a la especialidad, colegas que parecieran no equivocarse nunca, y tú… aun con ese sueño en pausa. Pero lo que hoy parece una carrera perdida, puede ser el terreno fértil donde se cultiva tu verdadera fortaleza.

Aquí te comparto algunas claves para mantener la confianza cuando sientes que te estás quedando atrás:

  1. Deja de medir tu camino con la regla de otros

    Ver cómo otros avanzan cuando tú sientes que estás detenido puede ser doloroso. Pero recuerda: la medicina es una carrera exigente y no todos parten desde el mismo lugar. Algunos tuvieron acceso a más recursos, más tiempo, menos responsabilidades familiares o personales. Cada historia tiene un contexto que no siempre se ve en redes sociales ni en los pasillos del hospital.

    Compararte te roba la energía que podrías estar usando para crecer. En lugar de preguntarte “¿por qué ellos sí y yo no?”, pregúntate:

    ¿Qué puedo hacer hoy que me acerque, aunque sea un poco, a mi meta?

    Ese enfoque te devuelve el poder y te saca del terreno estéril de la comparación.

  2. Reescribe la narrativa de tus intentos fallidos

    ¿Y si en vez de llamarlo “fracaso”, lo llamas “ensayo”? Cada intento te ha dado claridad: sobre qué te funciona al estudiar, cómo manejar tu tiempo, qué temas necesitas reforzar, e incluso cómo sostener tu motivación cuando las cosas se ponen difíciles.

    Fracasar no es volver al punto de partida. Es subir de nivel con nueva información.

    De hecho, hay algo poderoso que pocos admiten: los que más logran no son los que nunca fallan, sino los que aprenden a fallar sin rendirse.

  3. Rodéate de personas que crean en ti (cuando tú no puedas)

    Hay días en los que ni tú mismo crees que lo lograrás. Días en los que estudiar duele, en los que el peso de lo que aún no logras se hace insoportable. Ahí es cuando más necesitas a otros. No necesariamente a quienes te den una solución, sino a quienes te recuerden quién eres.

    Busca una red de apoyo que entienda tu camino: un mentor que ya haya pasado por ahí, amigos que estén en el mismo proceso, una comunidad que te inspire.

    La confianza se contagia. A veces, cuando sientes que no puedes más, basta con alguien que te diga: “yo sé que sí puedes”.

  4. Cuida tu salud mental como parte de tu preparación

    Estudiar sin descanso no es disciplina, es desgaste. Y el desgaste pasa factura.

    El camino a la especialidad no solo se gana con horas de estudio, también se construye con pausas conscientes, con hábitos que te sostengan, con límites claros.

    Respirar, moverte, dormir, hablar de lo que sientes, todo eso también es parte del proceso.

    Tu mente es tu herramienta más valiosa, cuídala. No esperes al colapso para prestarle atención.

  5. Recuerda por qué comenzaste

    Cuando te sientas cansado, con ganas de tirar la toalla, haz una pausa y vuelve al origen.

    ¿Por qué quieres ser especialista?, ¿qué te mueve realmente?, ¿qué impacto quieres dejar?

    Conectar con tu propósito no es un acto romántico, es una estrategia de resistencia.

    Porque cuando el camino se pone duro (y lo hará), no es la motivación la que te sostiene, sino la claridad de tu “para qué”.

Tú no estás detenido. Estás construyendo fondo, fortaleza y foco. Y aunque hoy el panorama se vea gris, no olvides esto: muchos de los que hoy ya son especialistas también sintieron que no lo lograrían. La diferencia fue que no se detuvieron. No pierdas la fe. Tu momento llegará. Y cuando llegue, sabrás que cada intento valió la pena.