Prepararse para el proceso de admisión a especialidades médicas, requiere de una preparación mental intensa, en la que necesitas identificar cuáles son tus bloqueos para superarlos. Uno de los más comunes es la ansiedad antes y durante el examen de admisión, esta puede verse así: has estudiado, te has preparado, y aun así el día del examen sientes como si todo lo que hubieras hecho no fuera suficiente. Las manos sudan, la mente corre más rápido de lo que puede razonar, y el corazón late como si algo fuera a explotar. La ansiedad no significa que no estás listo. Es una respuesta normal frente a algo que es importante para ti, y eso se puede trabajar.
Aquí te compartimos algunas estrategias que te ayudarán a mantener la calma antes y durante el examen de admisión a las especialidades médicas:
La preparación mental es lo más importante en un proceso de admisión a la especialidad médica, pero, muchos médicos se enfocan solo en la actualización en conocimientos médicos y se olvidan de prepararse mental y emocionalmente, algo fundamental para tener éxito en este tipo de pruebas complejas. Para mejorar en este aspecto, puedes ensayar con simulacros reales, incluyendo tiempos, ambiente y manejo emocional, así pondrás a prueba tu concentración bajo presión, entrenarás tu mente para responder, no para huir. Lo más importante no es lo que sabes, sino cómo gestionas lo que sabes bajo presión.
Cuando llega la ansiedad al momento de presentar un examen de admisión a especialidades médicas, lo mejor que puedes hacer es traerte al presente, y esto lo puedes lograr a través de la respiración, intenta esto:
Antes de entrar al examen, y cada vez que sientas que la ansiedad sube, haz respiración 4-7-8:
Esta técnica regula el sistema nervioso y baja el ritmo cardíaco. La respiración consciente es tu mejor ancla cuando todo parece ir demasiado rápido.
Lo que te dices antes de empezar el examen de admisión a especialidades médicas, es crucial, porque esa conversación interna es la que te ayuda a mantener el enfoque y la resiliencia en la prueba que estás por afrontar. Evita frases como “me va a ir mal” o “no me alcanza el tiempo”. Cámbialas por: “estoy listo, he trabajado por esto.” O “voy a dar lo mejor de mí, y eso es suficiente.” Hablarte con compasión, no es debilidad, es parte de tu entrenamiento mental y te ayuda a sacar lo mejor de ti mismo.
Una mente tranquila para el día de la prueba de conocimientos de residencias médicas, es una mente con ventaja, para lograrlo, reduce riesgos, evitando correr o improvisar el día del examen. Ten lista tu ropa, materiales, documentos, llega con tiempo, come algo liviano, no experimentes con nada nuevo ese día. Tu cerebro ya tiene suficiente por manejar, no le des más trabajo. Gestionar la ansiedad también se hace desde la logística, desde prever y estar preparado con tiempo.
El gran día del examen de admisión a especialidades médicas, es posible que enfrentes algún bloqueo mental mientras respondes alguna pregunta, ya sea porque te confundas o dudes de tu respuesta. Si esto te pasa, respira. Pasa a otra pregunta que te dé seguridad y vuelve luego con la mente más clara. No pierdas tiempo ni energía rumiando una sola pregunta, confía en lo que sabes.
Como médico y aspirante a la especialidad médica, no puedes medir tu valor como profesional por el resultado de un examen de admisión, recuerda que son múltiples variables las que influyen que te vaya bien en el examen, y que este proceso no es lineal. Tú no eres solo un puntaje, eres esfuerzo, vocación, constancia. Este es un paso importante, sí, pero no eres menos médico ni menos valioso si no lo pasas hoy.
Y si este no es tu momento, ya llegará. Cada intento suma, cada paso cuenta.
Controlar la ansiedad no es eliminarla o pretender que no existe, es aprender a caminar con ella sin permitir que te domine, y eso se puede entrenar, igual que cualquier otra habilidad médica. Confía en tu preparación, cuida tu mente y recuerda: tú no llegaste hasta aquí para rendirte ahora.
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