Agosto 6, 2025

Háblate con amor: cómo tu diálogo interno puede impulsarte hacia la especialidad médica

Háblate con amor: cómo tu diálogo interno puede impulsarte hacia la especialidad médica

Esto es lo que va a hacer que no te rindas y te mantengas en tu propósito, ¡léelo aquí!

La preparación para pasar un proceso de admisión de especialidad médica, está llena de altibajos. A veces sientes alegría porque te fue bien en un simulacro, pero a la semana siguiente sientes que tienes retrocesos. El cansancio, mantener la disciplina, entre muchos otros factores, hacen que este proceso se sienta como una montaña rusa de emociones.

No es fácil sostener la esperanza y el propósito, cuando ves pasar convocatorias, listas de admitidos, fotos de otros estrenando bata en su primer día como residentes y tú todavía estás esperando tu gran momento.

Es especialmente en esos momentos, en los que pareciera que los demás lo logran menos tú, en los que aparece la voz interna dura, la que no perdona, la juez implacable, la que no conoce de matices. Cuando esta voz aparece, es justo el momento en el que más debes tener cuidado con lo que te dices a ti mismo, por eso, hoy quiero invitarte a que te hables diferente.

Háblate con amor cuando falles en un examen de admisión, no porque no duela, sino porque diste lo que tenías en ese momento, y eso merece respeto, no castigo.

Háblate con amor cuando te equivoques en una rotación, porque el error no te define como médico, ni como persona, y mucho menos define quién puedes llegar a ser. Equivocarse es parte del proceso, no el final del camino. Eres humano antes que médico y estás aprendiendo.

Háblate con amor cuando no cumplas tu cronograma de estudio, porque no todo en la vida puede medirse en checks o cronómetros, y porque si hoy no pudiste cumplir, siempre tendrás el mañana para volverlo a intentar. Hay días en los que avanzar no es estudiar más, sino simplemente sostener sin soltar el sueño.

Háblate con amor cuando los simulacros te hagan sentir que no vas a lograrlo, porque no eres tus resultados, eres la disciplina que sostienes aunque los números no lo reflejen todavía. Eres la pasión que no se rinde, y eso vale más que cualquier percentil. Los simulacros están para mostrarte dónde debes ajustar tu estrategia, no para condenarte, así que míralos como lo que son, una oportunidad de aprendizaje.

Háblate con amor cuando pongas un límite, incluso si incomoda a alguien cercano, porque no estás siendo egoísta, ni grosero; estás dejando muy claro cómo quieres que te traten, qué es importante para ti y qué no vas a permitir. Tu trabajo es cuidarte, elegirte por encima de todo, esa también es una manera de caminar hacia tus sueños.

Háblate con amor, porque ese diálogo compasivo contigo mismo, es lo que te sostiene en el proceso, con todos sus altibajos, para cumplir el sueño de convertirte en especialista. Y no es ser condescendiente con uno mismo, es seguir caminando sin necesidad de destruirse por dentro, es seguir soñando en grande, pero abrazarse en los pequeños pasos que se dan para llegar a donde sueñas estar.